La fertilidad cambia con la edad. Los hombres y las mujeres se vuelven fértiles en la adolescencia, después de la pubertad. En las niñas, el inicio de la vida reproductiva está marcado por el comienzo de la ovulación y de la menstruación. En general, el potencial reproductivo disminuye a medida que las mujeres envejecen y normalmente la fertilidad finaliza entre 5 a 10 años antes que llegue la menopausia, pero esto es muy variable de mujer a mujer.
Actualmente, la esterilidad relacionada con la edad es cada vez más frecuente, ya que, por diversas razones, muchas mujeres retardan la maternidad más allá de los 30 años. A pesar de que las mujeres de hoy son más saludables y cuidan de sí mismas mejor que nunca (al menos en el mundo occidental), una mejor salud en la edad adulta ayuda; pero no llega a contrarrestar la declinación natural de la fertilidad asociada a la edad. Y esto está relacionado con la perdida de óvulos de los ovarios.
Ovulación y ciclo menstrual
Durante los años reproductivos, las mujeres tienen ciclos menstruales regulares, ya que ovulan cada mes. Los óvulos maduran dentro de pequeños sacos llamados «folículos ováricos». Al comienzo de cada ciclo menstrual, que coincide con el primer día de la regla, una hormona producida por la glándula del cerebro llamada «hipófisis» estimula un grupo de folículos a crecer más rápidamente en ambos ovarios. Esta hormona se llama FSH (hormona folículo estimulante).
Normalmente, solo uno de esos folículos alcanza la madurez y libera un óvulo; poco a poco el resto dejará de crecer y se degenerará. Se produce un embarazo, si el óvulo se fecunda y se implanta en el útero. Si no es así, el endometrio (capa funcional del útero) se descama en forma de flujo menstrual y el ciclo se reanuda.
Durante los primeros años de la adolescencia, los ciclos suelen ser irregulares; pero a medida que va madurando el eje hormonal, que controla el ciclo, estos se normalizan, sobre los 16 años. Los ciclos seguirán siendo regulares en condiciones normales (26-35 días) hasta cerca de los 40 años, cuando la mujer comenzara a notar que sus ciclos se acortan.
A medida que pase el tiempo, comenzará a perder ovulaciones, lo cual supondrá la pérdida de periodos. Finalmente, las menstruaciones serán cada vez menos frecuentes hasta que desaparezcan. Se habla de menopausia cuando una mujer no tiene su periodo en un plazo de un año completo. A medida que envejecemos, la fertilidad disminuye debido a todos estos cambios que se producen en el ovario.
A diferencia de las mujeres, los hombres continúan produciendo espermatozoides a lo largo de su vida. La mujer ya nace con todos los folículos ováricos que contienen óvulos y no produce nuevos folículos. En el momento en que nace, una mujer tiene aproximadamente un millón de folículos. En la pubertad esa cifra habrá disminuido a 30.000 folículos. De los folículos que quedan en la pubertad, solamente 300 serán ovulados durante los años reproductivos.
La mayoría de los folículos no se utilizarán en las ovulaciones, sino que serán desechados en un proceso conocido como atresia. Y este proceso es independiente de que la mujer se embarace, tenga ciclos regulares o no, tome anticonceptivos o reciba tratamiento de fertilidad. Las mujeres fumadoras suelen experimentar la menopausia alrededor de un año antes que las no fumadoras.
Edad y fertilidad. ¿Qué pasa con el paso de los años?
La mejor edad reproductiva de la mujer es alrededor de los 20 años. La fertilidad disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años. Cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada. A los 40 años la probabilidad es menor al 5%, por lo tanto, se espera que menos de 5 de cada 100 mujeres tengan éxito en el embarazo cada mes.
Las mujeres, en mayor o menor medida, somos fértiles hasta la menopausia. La edad promedio de la menopausia es a los 51 años, pero la mayoría ya no logra un embarazo con éxito a partir de los 45 años. Esto es válido tanto para la concepción espontánea como para en embarazo por técnicas de reproducción asistida (FIV). La pérdida de fertilidad femenina relacionada con la edad se debe tanto a la disminución numérica como de calidad gradual de los óvulos.
Con el paso de los años, las mujeres tienen menos probabilidades de conseguir embarazo y en caso lograr embarazo, mayor probabilidad de sufrir abortos espontáneos debido a la disminución de la calidad ovocitaria. Estos cambios son más pronunciados a partir de los 35-39 años, ya que a medida que pasan los años, los óvulos van sufriendo desarreglos genéticos (aneuploidias).
¿ Y ….. qué significa el término ¨reserva ovárica¨?
En la mujer hay que tener en cuenta dos edades: la cronológica y la biológica. La primera está marcada por el año de nacimiento. La edad biológica se valora en función de la reserva ovárica de cada mujer. Normalmente, estas dos edades suelen coincidir a nivel ovárico; pero en algunos casos esto no es así y pacientes muy jóvenes tienen una reserva ovárica comprometida que podría dificultar el quedar embarazada.
Se considera que una paciente tiene baja reserva ovárica cuando posee menos óvulos que los que le correspondería a su edad cronológica. La reserva ovárica disminuida, por lo general, está relacionada con la edad y es un proceso fisiológico relacionado con la pérdida de óvulos y disminución de calidad de los restantes. Sin embargo, mujeres jóvenes pueden tener reservas ováricas bajas por otras causas
Entonces, ¿cuándo debo preocuparme de mi reserva ovárica?
Es importante que consultes con un especialista si:
- Eres mujer y tienes más de 30-35 años
- Anteriormente te han realizado alguna cirugía ovárica
- Vas a someterte a un tratamiento de quimioterapia o radioterapia
- Padeces endometriosis
- Tienes antecedentes familiares de menopausia precoz (antes de los 40 años).
¿Cómo puedo conocer mi reserva ovárica?
La reserva ovárica se puede medir mediante una analítica de sangre y una ecografía ginecológica.
- Con la analítica medimos la hormona Antimulleriana (AMH). Esta hormona nos informa de la cantidad y calidad de los óvulos. A mayores niveles de AMH, mayor es el número de óvulos. La determinación puede realizarse en cualquier momento del día y del ciclo.
- La ecografía ginecológica se realiza en la primera fase del ciclo (día 3-5) y nos permite evaluar el recuento de folículos antrales. Este valor proporciona información indirecta de nuestra reserva ovárica. A mayor número de folículos, mejor pronostico reproductivo.
El cuerpo cambia y evoluciona en términos reproductivos, en este sentido, la edad desempeña un papel fundamental y es esencial comprender cómo influye en las posibilidades de embarazo. Si estás pensando en quedarte embarazada y cumples algunas de las condiciones descritas anteriormente, consulta con un especialista. Y si has decidido ser madre a partir de los 30, es importante que conozcas tu reserva ovárica y las posibilidades de embarazo a partir de esa edad. Consulta con un especialista para preparar un embarazo futuro.