Hoy, 10 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Salud Mental y desde WE queremos unirnos a esta iniciativa para visibilizar la importancia que tiene la salud mental en el bienestar personal y social.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948 ya definió la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social y no la mera ausencia de afecciones o enfermedad, quedando englobado el bienestar mental como uno de los pilares de la salud.
Las cifras que se manejan es que 1 de cada 4 personas sufrirán a lo largo de su vida alguna patología mental. Actualmente, el 12.5 % de la patología es debida a la patología mental, pasando por delante de patologías como el cáncer, o la patología cardiovascular.
La patología mental es muy heterogénea y existen múltiples factores predisponentes para sufrirla. Antecedentes familiares, vivencias traumáticas, abuso de sustancias tóxicas, alteraciones en la neurotransmisión cerebral, etc.
Sin embargo, también sabemos que podemos realizar acciones con el fin de mejorar nuestra salud mental.
Seis recomendaciones para cuidar de tu salud mental
- Come de forma saludable
- Realiza ejercicio físico de forma recular
- Duerme un mínimo de 8 horas al día
- Controla tus niveles de estrés (la realización de técnicas de Mindfullness o meditación te pueden ayudar)
- Cuida de tus relaciones interpersonales (familia, amigos…)
- Dedícate un tiempo para ti y realiza actividades que te aporten bienestar.
Estos hábitos de vida saludables, sabemos que son efectivos para prevenir muchas enfermedades, entre ellas la enfermedad mental. Entonces, ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué no nos ponemos “manos a la obra”? En WE podemos acompañarte en el camino de la salud.
Vivimos en una sociedad en la que todo va muy rápido, y en ocasiones no somos capaces de parar hasta que no aparecen los síntomas, la patología.
Entre las múltiples enfermedades que engloba la patología mental queríamos hacer una mención especial a las dos más frecuentes, y para ello hemos transcrito la definición de la OMS tanto de la depresión como de la ansiedad. Al final del blog os dejamos los enlaces por si queréis profundizar más.
Depresión
En un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas. Se presentan varios otros síntomas, entre los que se incluyen la dificultad de concentración, el sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, la falta de esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o de suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio acusado o de falta de energía.
En determinados contextos culturales, algunas personas pueden expresar más fácilmente sus cambios de estado de ánimo en forma de síntomas somáticos (por ejemplo, dolor, cansancio, astenia), pese a que esos síntomas físicos no se deben a otra afección médica.
Ansiedad
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos y por trastornos del comportamiento conexos. Los síntomas son lo suficientemente graves como para provocar una angustia o una discapacidad funcional importantes. Existen varios tipos diferentes: trastorno de ansiedad generalizada (caracterizado por una preocupación excesiva), trastorno de pánico (que se caracteriza por ataques de pánico), trastorno de ansiedad social (con miedo y preocupación excesivos en situaciones sociales), trastorno de ansiedad de separación (que es el miedo excesivo o la ansiedad ante la separación de aquellos individuos con quienes la persona tiene un vínculo emocional profundo), etc.
Ante sintomatología compatible conviene solicitar ayuda a especialistas, que tras una valoración completa te darán un diagnóstico y te propondrán la hoja de ruta a seguir.
Sin embargo, y como hemos comentado antes, desde WE creemos en la prevención, en generar hábitos saludables para evitar la patología, y en el caso de que exista tratarse siempre con especialistas que tengan en cuenta toda tu historia, y puedan darte las herramientas necesarias y el acompañamiento que necesitas para retornar al estado de salud que (como dice la OMS) es el estado de completo bienestar físico, mental y social.
Y si necesitas ayuda, pide asesoramiento con un especialista en salud mental.